Comunidad Franciscana en el Camino de Santiago. VALLE DE VALCARCE
Vega de Valcarce. León. contacto: fraydino@yahoo.es

 

 

 

Francisco de Asis ¿Hizo realmente el camino de Santiago?
N.Saludes. ofm

Las referencias documentales son mínimas

Cuenta la tradición interna de la Orden Franciscana que, a los pocos años de fundar su Orden, San Francisco, en su intención de morir mártir en Marruecos, llega en peregrinación a Santiago hacia el año 1214, y que fue en Santiago donde encontró luz para definir su propia vocación y la de aquellos que se le estaban uniendo.

A Santiago viajarían también -según esta tradición- sus compañeros de la primera hora: Bernardo, Gil, Maseo y algunos más cuyos nombres no registran las crónicas. Por otra parte -citando al P. Oro- la presencia de los hermanos menores entre los sarracenos fue prevista y establecida por Francisco en su Regla, como el apostolado testimonial por excelencia y practicada por él mismo y por sus primeros compañeros.
La noticia de este viaje vocacional de Francisco a Santiago aparece un siglo después de su muerte en los relatos de los Actus Beati Francisci et sociorum eius, de los cuales pasó selectivamente a las Florecillas y al final del siglo XVI a la Chronica XXIV Generalium.
Francisco de Asis, peregrino
siguiendo a Santiago Apósto
Relieve en Pza Sta Barbara. Coruña

Algunos de los textos que refieren esta presencia de los primeros frailes en el camino de Santiago:

1 Celano 30

Por este tiempo ingresó en la Religión otro hombre de bien, llegando con él a ser ocho en número. Entonces, Francisco los llamó a todos a su presencia y habló sobre muchas cosas...; los dividió en cuatro grupos de a dos y les dijo: «Marchad, hermanos, de dos en dos por las diversas partes de la tierra, anunciando a los hombres la paz y la penitencia...»
...Los hermanos Bernardo y Gil emprendieron el camino de Santiago; San Francisco, a su vez, con otro compañero, escogió otra parte del mundo, los otros cuatro, de dos en dos, se dirigieron hacia los dos restantes.

(La primera misión de la fraternidad tuvo lugar en 1209, cuando el grupo alcanzó el número de ocho. Bernardo y Gil tomaron el camino de Santiago de Compostela; Francisco con otro del grupo se dirigió hacia el valle de Rieti -hacia el sur-)

1Celano 56

Muchísimos hombres buenos e idóneos, clérigos y laicos, huyendo del mundo y rompiendo virilmente con el diablo, por gracia y voluntad del Altísimo, le siguieron devotamente en su vida e ideales. Mas si bien el sarmiento evangélico producía abundancia de frutos sabrosos, no por esto se enfrió su excelente propósito y ardiente deseo del martirio. Poco después se dirigió hacia Marruecos a predicar el Evangelio al Miramamolín y sus correligionarios. Tal era la vehemencia del deseo que le movía, que a veces dejaba atrás su compañero de viaje y no cejaba, ebrio de espíritu, hasta dar cumplimiento a su anhelo. Pero loado sea el buen Dios, que tuvo a bien, por su benignidad, acordarse de mí y de otros muchos y es que, una vez que entró en España, se enfrentó con él, y, para evitar que continuara adelante, le mandó una enfermedad que le hizo retroceder en su camino. Volviose a la iglesia de Santa María de la Porciúncula y ...

Florecillas 4

En los comienzos de la fundación de la Orden, cuando aún eran pocos los hermanos y no habían sido establecidos los conventos, San Francisco fue, por devoción, a Santiago de Galicia, llevando consigo algunos hermanos; entre ellos, al hermano Bernardo . Yendo así juntos por el camino, encontraron en un país a un pobre enfermo; San Francisco, compadecido, dijo al hermano Bernardo: Hijo mío, quiero que te quedes aquí a servir a este enfermo.

El hermano Bernardo, arrodillándose humildemente e inclinando la cabeza, recibió la obediencia del Padre santo y se quedó en aquel lugar, mientras San Francisco siguió con los demás compañeros para Santiago. Llegados allí, se hallaban durante la noche en oración en la iglesia de Santiago, cuando le fue revelado por Dios a San Francisco que tenía que fundar muchos conventos por el mundo, ya que su Orden se había de extender y crecer con una gran muchedumbre de hermanos.
Esta revelación movió a San Francisco a fundar conventos en aquellas tierras. Y, volviendo San Francisco por el mismo camino, encontró al hermano Bernardo, y con él al enfermo, con el que lo había dejado, perfectamente curado. Por lo cual, San Francisco, al año siguiente, dio permiso al hermano Bernardo para ir a Santiago.

La única ocasión en que consta históricamente que San Francisco se dirigió caminando hacia occidente fue para ir a Francia en 1217 y entonces el cardenal Hugolino le disuadió del viaje cuando ya estaba en camino.

A la estancia de San Francisco en España dedicó el P. López una monografía en 1914 que, en opinión del P. Oro, precisa de una revisión técnica de los relatos acopiados, aunque del testimonio de ellos se desprende que la peregrinación 'fue tenida como punto primario de referencia religiosa por los primeros frailes menores".

Las fuentes franciscanas del siglo XIII (Biografía de Tomás de Celano) narran el viaje del santo a España con varios compañeros -en 1214- con la intención de trasladarse a Marruecos, y la enfermedad que le obligó a retroceder en su camino. Estos primeros pasos franciscanos anteriores a 1219 sólo han dejado su huella en la leyenda. De ellos nacerían los primeros conventos franciscanos, que años más tarde se proclamaban fundación directa del mismo San Francisco, no sólo en Santiago, sino también en Ribadeo, Salmanca, Coruña o Plasencia, e incluso algún convento portugués habría surgido de la sola presencia de San Francisco en ese lugar.

La leyenda no sólo se refiere a la creación de comunidades franciscanas, sino que son muchos los milagros o leyendas que se cuentan de la presencia de San Francisco en el camino de Santiago:
Conversiones de jóvenes de vida desarreglada que para componerla peregrinaron y se encontraron con Francisco
Apariciones milagrosas de frailes a sus bienhechores moribundos que los fortalecen en su agonía o incluso se quedan en casa para hacerle Un solemne entierro como se cuenta de un hospitalero burgalés de Tardajos, Pedro Renuncio;
Huertos y viñedos que reverdecen y se cuajan de frutos, después de una plaga arrasadora en la que sus dueños se encomiendan al Poverello; Algo parecido narra la LeyendaMayor (Milagros) de S. Buenaventura en Sahagún, villa de España donde el santo hizo reverdecer, contra toda esperanza, un cerezo que estando completamente seco se cubrió de hojas; o un horreo palentino que limpió de los gusanos del grano. etc.

2. En Sahagún, villa de España, el Santo hizo reverdecer milagrosamente, contra toda esperanza, un cerezo que, estando completamente seco, se cubrió de hojas, flores y frutos. También a los habitantes de Villasilos, de modo milagroso, los liberó de una peste de gusanos que corroían los viñedos de sus confines.

Junto a Palencia, atendiendo a las confiadas súplicas de un sacerdote, limpió completamente un hórreo, que le pertenecía, de los gusanos del grano que todos los años lo infestaban.

Las del siglo XIV (Actus beati Francisci et sociorum eius (ca. 1328); Las Florecillas y la Crónica de los 24 generales (ca. 1370)) describen la peregrinación al sepulcro del apóstol. Allí le fue revelada la vocación fundacional de su Orden.

La tradición local le ha atribuido la propia fundación del convento compostelano, adobada de una bella y conocida leyenda, que rememora una inscripción del siglo XVI y en la que se reconocen algunos indicios verosímiles. Así, su alojamiento junto a la capilla de San Pelayo de Montepedroso y las relaciones con Cotolay, un rico burgués, de cuya estirpe hay constancia documental, aunque los cronistas lo identifican con un pobre carbonero. Como precisa el P. Castro, el primer asentamiento franciscano debió de ser una sencilla casa o residencia, destinada al alojamiento de un reducido número de frailes.

Según esta tradición local, Francisco habría llegado a Santiago con algunos compañeros, entre los que se encuentra Bernardo, caballero de Asis que fue el primer discípulo de Francisco; y estando Francisco en oración ante el sepulcro de Santiago "le fue revelado por el Señor que fundase conventos por el mundo entero"; y siguiendo este mandato se dirige al monasterio de San Martín Pinario para pedirle para sí y sus hermanos un terreno para asentar sus chozas; terreno que les es concedido en alquiler en el llamado Val de Dios -toponimia que aún hoy se conserva-, alquiler que habrían de pagar con una cesta de peces.

Según las crónicas de los siglos XVI y XVII el santo estuvo en Portugal y Ciudad Rodrigo. Ambas estancias se documentan con relatos legendarios. Al recuerdo de su posible paso por Ciudad Rodrigo cabría vincular varias representaciones escultóricas de su Catedral.

 

Más histórico es el hecho de que la ruta jacobea que desde Cataluña sigue el Ebro hasta enlazar con la ruta que viene de Roncesvalles es la que recibió las primeras visitas franciscanas.

La peregrinación de San Francisco por el camino de Santiago en España inspira en el último decenio de su vida lo que podemos llamar la Primavera franciscana en España. Hay constancia de dos expediciones hechas en 1217 y 1219 a las que debió seguir un goteo continuo de nuevas vocaciones o nuevos franciscanos venidos de Europa.

Los frailes que se encaminaron por estas fechas a la Península venían en concepto de familia, formando una provincia personal, al mando de Fray Bernardo de Quintevalle los primeros, y de Fray Juan Parenti los segundos.

Sus primeras intenciones era establecerse en algunas ciudades, sobre todo tenían interés en las que jalonaban la ruta jacobea; pero también tenían la intención de acercarse al mundo islámico.

Los primeros franciscanos vienen a las poblaciones en calidad de peregrinos y ermitaños sin una precisa figura canónica. Juan Parenti se presenta ante el obispo de Zaragoza, en 1219, acompañado de 10 frailes con una bula de presentación de Honorio III (en la que garantiza la ortodoxia y el buen apostolado de estos frailes itinerantes); e igualmente se presenta ante el senado de la ciudad; Pide ser aceptado por el estamento eclesiástico y que la ciudad le asigne un hospicio para su 'familia'. Este sometimiento a la Iglesia local se regulará después en la regla de 1221 y se refleja en las biografías de Celano. Este mismo sistema de implantación debían seguir los frailes en otros lugares de la Cristiandad. Y una vez instalados se ganaban el pan con labores hospitalarias, artesanías domésticas y trabajos agrícolas, terminado el trabajo asistían a los cultos de las iglesias cercanas.

Después de Zaragoza, se instalaron en Burgos, y después, no sabemos el año exacto, en Santiago; más tarde en Toledo y en otros puntos próximos a la Hispania islámica. Navarra es uno de los sitios con más probabilidad de haber estado allí San Francisco, pero aún de esta presencia se carece de datos fijos. Pamplona -en el pequeño monasterio de San Pedro de Ribas-, Olite, Tudela, Estella son lugares donde consta una muy temprana presencia franciscana. Ya en la década de 1220 hablan los documentos de un ministro de los frailes menores de Navarra.

Juan Parenti fue el organizador eficaz de esta primera presencia testimonial y misionera en España, junto a sus primeros compañeros; y sería después de 1226 el tercer Ministro General de la Orden.

Uno de los compañeros de esta misión de Juan Parenti en España debió ser un tal Fray Benincasa de Todi, quien sería enviado a La Coruña y a quien se le atribuye la fundación de una comunidad franciscana en esta ciudad. Y aquí enlaces con San Francisco de La Coruña