Descripción:
Francisco tenía 20 años cuando se enroló en el ejército de Asís para luchar contra Perugia. Providencialmente, fue atrapado y permaneció un año en prisión. En ese tiempo, tuvo la oportunidad de empezar a reflexionar y replantearse su vida. Los frutos no fueron visibles de inmediato, pues al quedar en libertad volvió a su ciudad y al ejército, y se compró una fabulosa equipación para seguir combatiendo. Sin embargo, se sorprendía a sí mismo conmoviéndose cada vez más frente al dolor de los pobres. Por ello, al encontrarse con un caballero, «noble pero pobre y malvestido», le regaló su manto.