Descripción:
Tras abrazar la pobreza de forma completa, a san Francisco se le unieron diez compañeros en tan sólo un año. Eran los juglares de Dios , que trabajaban en el campo, vivían entre los pobres y leprosos. El obispo de Asís, a través del cardenal Giovanni Colonna, aconsejó al Papa Inocencio III que los recibiera. El Santo Padre quedó entusiasmado y aprobó la primera regla, que san Francisco había escrito como guía para sus primeros compañeros. Ésta incluía el trabajo para aliviar la pobreza y la enfermedad, la predicación y las misiones en territorios cada vez más amplios.